Una más.



"Vida: El término vida, desde el punto de vista de la biología, que es el más usado, hace alusión a aquello que distingue a los reinos animal, vegetal, hongos, protistas, arqueas y bacterias del resto de manifestaciones de la naturaleza. Implica las capacidades de nacer, crecer, reproducirse y morir, y, a lo largo de sucesivas generaciones, evolucionar.

Científicamente, podría definirse como la capacidad de administrar los recursos internos de un ser físico de forma adaptada a los cambios producidos en su medio, sin que exista una correspondencia directa de causa y efecto entre el ser que administra los recursos y el cambio introducido en el medio por ese ser, sino una asíntota de aproximación al ideal establecido por dicho ser, ideal que nunca llega a su consecución completa por la dinámica del medio.

Abarca una serie de conceptos del ser humano y su entorno relacionados, directa o indirectamente, con la existencia."

Una más de todas...
Una piedra más
una lágrima más
un recuerdo más
un suspiro más
una vida más.

Ella.



Ella es Annemarie Schwarzenbach.
Me tope con ella, un día crucial.
El día en que, como todos los días de mis "días raros"
(que suelen ser todos)
me disponia a leer entre libros.
Con mi mejor compañero (un libro como no)
me fuí a tomar un café
a la cafetería
de la Casa del Libro.
Pero, sorpresa la mia:
cafetería cerrada.
No cerrada fuera de horario, habían decido deshacerse de ella
de mi lugar favorito del mundo.
Esa esquina solitaria, con 3 paredes llenas de libros.
El ¿porqué?
El señor administrador de la Casa del Libro lo sabrá.

El caso es que me tope con ella, con Annemarie.
Yo acababa de cortarme el pelo radicalmente,
acababan de cerrar mi cafetería para siempre,
y...

La ví. En la portada del libro salía ella, sola
"Ella, tan amada".
Y la lleve conmigo.

Ha estado aparcado un tiempo, en la estantería de los libros por leer
y he empezado hace 3 o 4 días.

Creo que soy un poco Annemarie...
y creo que solo yo entiendo porqué.

Dogs days.

Hablando de un futuro cualquiera
una buena amiga me pregunto si creía en el destino...
No fue una pregunta cualquiera, me lo preguntó con la típica expresión de felicidad:
¡¡¡¡es que no crees en el destino!!!!!!!????

No creía en el destino cuando empecé a vivir mi historia.
Hoy que ya llevo unos cuantos capítulos, si me pongo a releerlos,
podría decirse que sí; creo en el destino.

Aunque ahora mismo no haya más que niebla dentro de mí
y no sepa ver el camino acertado
se que tome cual tome,
va a llevarme a lo acertado.
Y como siempre no, yo siempre tomo el más dificil...

Porque, nada vale más la pena que lo dificil.
Y hoy, gracias a esa pequeña dosis de felicidad
de esa pregunta con énfasis feliz,
me apetece ser feliz.

.sentido común

me estas robando horas de sueño.
me estoy mintiendo y me lo creo.
pero como te estoy queriendo
no tiene medida ni tiene tiempo.
soy vulnerable cuando te encuentro
y las palabras se van volando con el viento
olvidarme de todo no lo contemplo
porque siempre me pides lo que no tengo.

Flechas


Y cuando creí que estaba perdida
no supe ver ...

SIEMPRE encontramos aquellas flechas
que nos guian en el camino.

A veces, hay que detenerse a buscarlas,
pero tarde o temprano aparecen,
para asi no perdernos.

En el cruce más díficil del camino.
Aparecen, lo prometo, aparecen.

Foto: flecha en mi 4ª camino

No puedo.

Yo no puedo ser, eso que tu quieres que sea.

No soy capaz, de darle a alguien lo que te he dado.
Lloro, rabia.

Espero al tiempo, a que día a día cierre.

Yo no puedo.
Si tu lo necesitas, adelante. Hazlo.
Yo no puedo.
Si necesitas sentir, siente.
si necesitas llorar, llora.
si necesitas hacer el amor con alguien diferente, hazlo.
si necesitas huir, huye.
si necesitas odiar, odia.
si necesitas olvidar, olvida.

Pero yo no puedo.
No puedo.
Y lloro, rabia.

Rabia.
Porque dejo que querer poco a poco.
Y me mata por dentro.
Porque no quiero dejar de querer.

Le da todo


No entiende.
Empiezo a pensar que se hace aburrido.

Run Run Run.
Cuanto mas me centro, mas me alejo.

Y más.

Nada ya puede pararme, en serio, no voy a parar.
Has entrado a correr al sitio equivocado.
Aquí nunca paramos.

No es.

Como cada día, sale de nuevo.
Vuelvo y sigue ahí.
Todo lo azul que puede ser el mar.

Todo lo que se puede perder.

Puede que un día, a mi muerte,
sea escrita, y sea dibujada.

Alguien me eche de menos.
Puede que sea yo misma.

Señor marrón.

Hombre con bolsa en los ojos. Absorto.

Chaqueta marrón beis, cuello de cuero marrón oscuro.

Sentado ligeramente hacia su derecha.

Una mano en el bolsillo y otra colgando de la silla.

Mira el reloj. Se toca los labios. Piensa. Vuelve a mirar el reloj.

Está cansado.

Antes le deje el periódico cerca por si quería leer. Pero no, ni se ha inmutado.

¿preocupado quizás? No.

Yo vivo preocupada y leo el periódico, de hecho creo que las personas que más se preocupan por el mundo son las que leen el periódico.

Por lo tanto deduzco que pasota.

Su pelo es otra señal. Medio largo, sin arreglar. Tiene entradas.

Grandes bolsas bajo los ojos. No ha descansado bien, o quizás la vida le haya dado tantos palos que se le han quedado ahí clavadas.

Apoya la cabeza con la mano. Esta cansado. Tiene sueño. Me mira, quizás se de cuenta de que no dejo de mirarle.

Zapatos marrones, calcetines negros. Suéter naranja. No lleva anillo de casado, pero su aspecto denota que alguien se ha preocupado por la ropa...

Quizá se este divorciando.

Maleta roja, de varios días.

No se mueve, solo pestañea, no deja de pensar.

Ni se inmuta cuando alguien pasa a su lado. De hecho la cafetería tiene mucho movimiento, pero el no aparta la vista de ese punto fijo.

Podría haber hablado de 50 personas que hay en esta cafetería. Pero ha sido el quien me ha llamado la atención. I

Tiene los ojos azules, enormes, expresivos.

No dejan de pasar personas, pero el sigue ahí pasivo.

Pasivo. Es una persona pasiva.

Se ha pedido una tónica. La bebe despacio, bebe un sorbo y vuelve a su posición.

Es muy observador. Su cuerpo no se mueve pero tiene unos ojos enormes, azules y no dejan de observar.

Tiene mirada de niño.

Maleta roja. Sigue ahí.


He subido al andén 3A. Estaba repleto de gente, todos apretados, esperando.

Y él sigue ahí. Llama la atención entre tantas personas.

No porque sea alto, por su mirada.

Me ha mirado.

He querido abrazarle, solo porque como yo, escupe soledad.

Porque como yo, no sabe ni a dónde quiere llegar.


El tren. Subimos. Adiós señor marrón.

Todavía hay restos tuyos esparcidos por la cama.
Segundos de un asesinato.

Huele.

He intentado borrarlo todo.
Pero las manchas de sangre surgen en las sábanas cada mañana.
Me saludan con una sonrisa maliciosa.


Vuelvo a mirar y ahí están.
Siguen ahí.
Me persiguen allá donde vaya.

Algunos le llaman conciencia, otros culpa, yo dolor.

Ni las pastillas, ni la música, ni las lágrimas, ni unos besos
ni su voz, ni un libro, ni escribir. No huye de aquí. No se ha ido con él.

desayunando

"-¿Sabes lo que te pasa? No tienes valor. ¡Tienes miedo! Miedo de enfrentarte contigo misma y decir: Está bien, la vida es una realidad. Las personas se pertenecen las unas a las otras porque es la única forma de conseguir la verdadera felicidad. Tú te consideras un espíritu libre, un ser salvaje y te asusta la idea de que alguien pueda meterte en una jaula. ¡Bueno nena! Ya estás en una jaula. Tú misma la has construido, y en ella seguirás vayas a donde vayas porque no importa a donde huyas, siempre acabarás tropezando contigo misma..."