Buenas Noches.

Soy la alegría de Amanda.
Llevo unos cuantos días sobreviviendo a mares y océanos.
A lecturas insufribles y recuerdos tristes.
He estado encerrada en la habitación
con el bonsai, deseando escaparme por la ventana
para poder regalarme al mundo.

Hoy Amanda me ha sacado a pasear POR FIN.

Alguien le deja un Kinder Bueno de chocolate blanco
en la mesa de la biblioteca todos los días
desde hace 4 días.

Un gesto tan sencillo, y Amanda, por fin,
quiere despertar.

Y me ha sacado a pasear.
Tenía tantas ganas de llegar a la mesa y ver el Kinder Bueno,
que se ha puesto guapa,
su camiseta verde preferida,
su colonia de bebes,
y ha entrado con una cara sonriente.

Y allí estaba, el Kinder Bueno encima de la mesa,
de chocolate blanco.

No sabemos el porqué, pero es de chocolate blanco.
Mientras se lo come, le dice con la mente:

- No hace falta...

Y contestan:

- Ya, pero sé que te gusta. Veo tu cara cuando ves ahí el paquete,
y me hace tan gracia, que cuando te vas lo compro.

Gracias.
Al anónimo del Kinder Bueno.
Los días se hacen más llevaderos.

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