Algo bonito.

Hoy he tenido tarde pijama.
Tarde en pijama XL, cara rara y telefilme.
Cereales y helados.

Nadie podría moverme de mi incomoda postura en el sofá,
con los apuntes a un lado,
y el mando al otro.

Sola en casa desde hace una semana,
me he apoderado de todo,
velas, incienso, música, sofá cama,
baños de 3 horas...
Todo es mío.
Me encanta vivir sola.

Pero he sufrido uno de esos impulsos,
de los míos,
y a las 23 de la noche he decidido salir a pasear.
Libro en mano,
comienzo la marcha.

Al salir a la calle me doy cuenta de que es sábado,
niñas guapas arregladas,
gatos hambrientos dispuestos a comerse la noche...

Qué mal plan el mío,
buscaba soledad y me he encontrado con este ambiente...

Me pongo en marcha a la zona vieja,
para encontrar un bar tranquilo,
paso por la alameda,
y me leo unas cuantas hojas al lado de Valle Inclan,
no hay mucha luz.....

Sigo...

Y como la vida,
no deja de sorprenderme,
me encuentro en un rincón de Santiago,
un concierto de jazz al aire libre,
en la plaza de la Quintana,
detrás de la catedral.
Uno de mis sitios favoritos...

Hay poca luz,
y de fondo en el escenario intercalan la música con imágenes.
Son fotografías de viajes, fotografías impresionantes,
con textos que hablan sobre historias...
De pronto leo : II Encontro internacional de literatura de viaxes.

Es precioso,
la plaza está llena de jazz...
Las fotos son increíbles.
Casi no hay gente...
Me siento, abro mi libro y leo.
Leo con todo eso a mi alrededor,
y me entran escalofríos por la espalda...

Me parece que esto fue uno de esos impulsos magnéticos de los que hablaba...
Algo me empujó a salir de casa para encontrarme con esto.

Quise llorar, y seguir leyendo.
Abrazarme a alguien y decirle: que feliz soy, que bonito es este momento...
Pero nadie entendería mi alegría,
es algo que me cuesta mucho,
no soy capaz de no transmitir mi alegría,
aunque nadie me entienda, necesito gritar.
En ese momento quise contarle a todo el mundo,
lo especial que era todo esto...

Abrí una libreta que me regalo mi hermana hace poco,
en la primera página me dice:
"Para ti Amanda, para que sigas disfrutando y enriqueciéndote tanto de la lectura. Te quiero."

No había escrito nada desde que me la regaló,
y hoy escribí: Estoy aquí.
Lo grabé en ese momento,
con esa música
y esa luz.

Estoy aquí,
en ese sitio
y en ese momento.
En ningún otro.

Ha sido algo bonito.

Cuando el concierto acabó,
me levanté,
anoté el nombre de todos los fotógrafos que habían participado,
los libros en los que salían las imágenes,
y cerré la libreta.