Yo las piedras no las subo a las espaldas.
Yo las piedras me las como.
Las mastico.
Y aunque me rompa los dientes,
y me cueste hacer la digestión
no dejo de sonreír.




He aquí el ejemplo del claro hombre,
que arrastra sus problemas allá donde va.
Ninguna solución,
solo disuasión.

Nunca arregla nada,
solo aparta.

Y un buen día los bolsillos pesan,
la espalda duele.
Menuda pena,
no puede caminar.

Y yo puede que sin dientes,
pero también sin piedras,
he subido la montaña.
Soy una fanada en una cima, medio loca.
Pero no, no la vuelvo a bajar,
porque no he dejado nada atrás.



Moraleja: Todo cae por su propio peso. Cuanto más guardas, más pesas.

3 comentarios:

  1. Yo llevo un tiempo bajando peso entonces =D jaja Aish... lástima que durante mucho tiempo sí guardé demasiadas piedras... Pero bueno, llevo tiempo ocupándome de ellas... Tiempo al tiempo!

    Un abrazote y cuídate mucho!!!

    ResponderEliminar
  2. Todos tendríamos que aprender eso que tú dices.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Mala cosa la indigestión de piedras. Aunque hay estomagos que pueden convertirlo todo en Caramelo,y ser ligeros...

    Cuidate Amanda (como la cancion!!!)

    c60.

    ResponderEliminar