El lector del que espero algo tiene que poseer TRES cualidades.

Tiene que ser tranquilo. Tranquilo de alma y de espíritu. Pensar antes de hablar.
Leer sin prisa. Vivir sin prisa.

Tiene que abstenerse de intervenir a cada momento él mismo y su egocentrismo. De hacer valer "su cultura".

No debe, por último, esperar al final, a modo de resultado. No prometo ni programas ni planes.

Satisfecho, por el contrario, con haber escalado, entre jadeos, una montaña bastante elevada y con poder disfrutar, en lo alto, de la vista más despejada, jamás podré, precisamente, dar satisfacción a los aficionados a los programas.

El libro está destinado a los "tranquilos", a hombres que no se ven todavía arrastrados por la prisa vertiginosa de nuestra atropellada época y que no sienten todavía el servil placer idólatra de tirarse bajo sus ruedas; esto es, a hombres que no están todavía habituados a sopesar el Valor de cada Cosa según el tiempo ganado o perdido con ella.
O sea- a muy pocos hombres.

Federica Nietzsche, en todo su esplendor.



2 comentarios:

  1. Mi querida Federica ¿como fue el esperado día maratón? me dejas ANONADADO con esta lectura ¿muy pocos hombres sin prisa?, tienes razón TODA
    por desgracia creo que soy de esos que se ven atropellados por la prisa y sopeso el valor de las cosas todavía
    del caminante

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  2. El día maratón está en curso,
    he de decirte que hoy entre capítulo y capítulo casi muero ahogada por una tormenta... Del resto el maratón una maravilla, no dejo de reirme.
    se que piensas que estoy loca...

    Todos los hombres debemos aprender a dejar la prisa atrás, incluso yo. Te lo dice Federica

    Un abrazo enorme caminante!!!!!!!!!!!!!

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