loca cordura


Saber reconocer,
entre lo físico, lo puro
entre lo breve, lo leve
entre lo leve, la brevedad
entre el silencio, el amor
entre el tiempo, el espacio
entre el espacio, la soledad
entre la soledad, la felicidad
entre la felicidad, el perdón
entre la indiferencia, el cariño
entre la nada, algo
entre la esperanza, lo real
entre el echar de menos, un vago recuerdo
entre todo lo demás, mi forma de ser
entre mi loca cordura, la tranquilidad
entre el estar perdido, saber donde encontrarse a uno mismo
entre el no saber a dónde ir, el dejarse llevar
entre un corazón fuerte, un poco de debilidad
entre un carácter fuerte, todo lo que hay detrás.


Fluye con soltura

Dicen que las personas que lloran y ríen por igual, son las más felices.
Puedo decir, que río mas que lloro. Si he llorado alguna vez, es porque lo he necesitado.
Llevaba mucho tiempo sin llorar.

Pero llorar es sano, es como sacarlo de dentro.
No creo que llorar sea algo de infelices, si no todo lo contrario,
es la forma de deshacerse de todo lo que sobra aquí dentro,
para poder seguir adelante sin eso que pesaba.

El hecho de llorar, es señal de que estamos vivos, 
que nos movemos y que todo sigue su curso.

"Caminando despacio, pensó en este sentido que lo llenaba por completo. Razonó hondamente, hasta anonadarse, llegando hasta allí donde se encuentran las causas. Creía que comprender era precisamente pensar, y que sólo a través de la razón, los sentimientos pueden convertirse en comprensión, es decir, que no se pierden , sino que se transforman en realidad y empiezan a madurarse"


Nunca debe uno de olvidarse, de lo leído.
Soy algo Siddharta.
Me he lanzado río abajo. Estoy encerrada en esta biblioteca que soy yo misma, y amo tanto esta paz, que no quiero que desaparezca. El levantarme cada mañana y vivir tranquila. Sola. Tan sola. Teniendo todo el corazón para mí. Escuchando al mundo y todo lo que tiene que contarme y enseñarme. Siendo agua, mi propia agua, adaptándome a mis necesidades, fluyendo.
Fluyendo con soltura...

Del río ya has aprendido que es necesario lanzarse hacia abajo, descender, buscar los bajos fondos.







 

La arquitectura de una vida

Quién eres, de dónde vienes.
Lo que te ha marcado, lo que te ha formado, lo que te hace permanecer en pie.

¿Cuál es la arquitectura de una vida? ¿De mi vida?



Paulatinamente los movimientos van ejerciendo presión hasta que te quedas comprimida contra una pared. Piensas, ¿en que extraño momento de mi vida estuve yo antes comprimida contra una pared?
Oh sí, claro, como olvidarlo. 
Y sigues.

Vuelves a pensar en el extraño movimiento de mis movimientos, asimétricos para que negarlo y un tanto rebuscados. La música ha invadido todos los sentidos y esferas de mi vida, incluido el sexo más arduo. 

Ha dejado de importame el COMO, el DONDE, el QUIEN, el CUANDO, el QUE...
¿que coño importa ya?

Te mueves, eso es lo que importa. Te mueves de un lado a otro. Ejerciendo presión en los demás. 
Te mueves y nadie puede seguirte. Por seguir no me sigue ni mi sombra. Se ha quedado ahí reflexionando debajo de un árbol. 

Puta niña ingenua.
Me encanta el contrabajo de esa canción.

Saber que hay después del sol.

Estancamiento, dícese de un capítulo de mi vida del que no logro salir.
Siento como si hubiese bajado de las montañas a topa prisa y corriendo, escapando de las cumbres, y me he quedado tirada aquí.
En este prado, en este valle, en este bosque, en este pozo, en este escalón, en este estado latente.
Esperando.
¿ A qué ?
No lo sé, eso es lo peor. No sé que es lo que se supone que viene después del vacío. ¿ Que viene después de escapar, que vienes después del sol, que viene después del rechazo, que viene después de toda esta mierda por llamarlo de algún modo ? ¿Qué viene después de lo peor, qué viene después de lo mejor? ¿Qué viene después de la cuadratura del círculo?
Qué se supone que debe hacer uno, cuando está esperando a los bárbaros, y nunca llegan.
¿ Es esto la vida? ¿ Seguir esperando a los bárbaros?

No coño no, mi vida no puede ser esto. No puedo ser una simple circunstancia hecha trizas.
El caso es que yo nunca he dejado de moverme, siempre intentando buscar una salida, pasar la dichosa puta página, cerrar el capítulo, volver a escribir, volver a pintar.
Intentos vanos. Todo vuelve como un muelle, al que empujas con fuerza, y acaba encajándose.

Nadie sabe que viene después. Ni siquiera puedo intuirlo.
Porque mi cambio va a ser tan drástico, que no puedo ni esperarlo.
Me voy de un modo tan radical, que no puedo saber que va a haber después.

Toda mi vida se queda aquí, como quien se deshace de restos. Dejo aquí todas mis oportunidades, para buscarme otras. Quiero dejar aquí enterrada toda la mierda y no volver a abrirla. Todos mis papeles y recuerdos. Quemarlos. Deshacerme de libros, cuadros, cartas, recortes, fotos.
Para poder volver a pisar un día esto y que nada me recuerde a lo que había antes.
Va a llegar un día en que solo crea en el después. Y para mí todo lo de ahora ya no exista apenas.
Ahora no me importa, puedo convivir con ello. Pero cuando sepa lo que hay después del sol, cuando viva ahí, nada será igual para mí.
Porque voy a dejar todo esto atrás, guardado, entre estas cuatro paredes.

Estoy tan cansada.
Puta niña frágil.




Todo pasa.
Los recuerdos, los abrazos, los cuadros, el arte, el óleo, el olor, la piel, la lluvia, la tempestad, la calma, la felicidad, las lágrimas, el calor, el frío, las mantas, los bartulos, el agua, el miedo, el adiós.. Incluso, pasan las oportunidades, los sueños perdidos, el tiempo amargo, y los que de dos pares de ojos encontrados han pasado a ser nada.
Solo hace falta, el atisbo de un hombre, para darse cuenta de que, empapándose paulatinamente de razón, su origen en la sinrazón resulta improbable.


De Jane Eyre y su espacio.

Dentro de un espacio como este, llevo dentro muchos secretos.
El principal es este: Nunca, Nadie.

Me lo repite mi mente a cada encuentro y en cada día.
No es que me sienta triste, es que me recuerda el peso del corazón.
Tan pesado, como para permitir que una persona camine sola sin querer hacerlo.

Es el peso pesado, de quienes escuchan razones que vienen de ahí dentro.
Y asi, habla mi corazón ...


El precio de la soledad

Cuando has construido tanto con tan poco...
Tienes ese espacio vital e infranqueable, ese trozo de tierra, ese aire limpio. Entras y suspiras, lloras cuando lo necesitas, puedes ser tu misma, no tienes que fingir.

Soy ausente. Me siento ausente.
Me he convertido en alguien demasiado tranquila. Respiro paz en mi casa. Cada vez más, me gusta esa tranquilidad, me cuesta encontrar ese equilibrio con las personas, echo de menos sentarme con alguien frente a frente y no tener que decir nada. Solo estar, sin hablar. Echo de menos tener a alguien cerca que sepa que a mi lado no hacen falta muchas palabras, que cuando me vea con mis ojos controlando el espacio alrededor, no me pregunte que me pasa, porque no me pasa nada. Soy así. Echo de menos la tranquilidad de tirarme en el sofá con alguien cerca, y que entienda que me gusta ver la televisión tranquila. Que entiendan que me quedo dormida pronto.
Al construir nuestro espacio, y en ocasiones compartirlo te das cuenta de lo distintas que somos las personas. De lo incompatible que soy con el resto del mundo, y del alto precio que tiene mi soledad. De lo tranquila que vivo sola, de lo mucho que echo de menos un buenas noches...


"nunca entenderás la naturaleza del hombre"

Y yo pienso,
Y mis ojos siguen siendo verdes,
y mis ojos siguen siendo redondos y grandes,
y sigo teniendo curvas,
y sigo sonriendo enorme,
sigo comiendo mandarinas,
y sigo siendo feliz,
sigo estando al sol.
Sigo bailando sola por casa,
sigo sin ponerme pendientes normalmente,
sigo persiguiendo a los niños por la calle,
sigo mirando árboles y edificios,
y sigo siendo tan yo, tan Amanda.


No me hace falta entender la naturaleza del hombre,
porque me he entendido a mí misma y eso basta y es suficiente.
Para ser feliz, hace falta entender la naturaleza de uno mismo.

de una tribu urbana....

"Una abogada siempre es una listilla tocapelotas.

Lo digo por ahorrarle el artículo y demás coñazo tipológico a nuestro lector ávido de titular y colmillo. Siempre, insisto, tiene la jodida última palabra y la razón, la verdad absoluta, la madre del cordero. Porque es posible que una periodista opine sobre todos los temas -de hecho lo hacen, vaya si lo hacen- pero es que una letrada va mas allá de la opinión. Porque no opina, sentencia. Dictamina la resolución de toda discusión o debate de bar que se tercie, por más insustancial que parezca éste.

Y no importa un carajo si aquí debatimos sobre tus nueve hoyos del sábado o sobre la paella del domingo en casa de sus padres. Y es que -recuerden- además de abogado es una mujer. Abogado y mujer. La jodida cuadratura del círculo.

· Lipstick Lawyers™.
Al grano: las tías buenas. Stilettos, traje chaqueta, falda tubo de escada, UVA y pelazo. Nuestra amiga se gusta y se sabe objeto de deseo. Y lo sabe y le pone. Y también sabe que su escote es un arma tan crucial como su talento, y eso la convierte en una zorra asquerosa contrincante de altura. Sabe -como nadie- mirar por encima del hombro con su estudiado estilo toffe nosed y navegar entre clases sociales, Cayennes y afterworks de Asmallworld. Suele cepillarse al Álvaro Muñoz Escassi de turno tras un gin-tonic en Gabana o un par de copas de Moët en la terraza del ME. Nunca aprobará una oposición, ni maldita la falta que le hace. Su futuro es el bufete de papá o labores administrativas en Gárrigues o Cuatrecasas. O un buen marido, claro.

· Plain Jane™.
Workaholics de libro. Odian -como no podría ser de otra manera- a las Lipstick Lawyers y a cualquier hembra que pasee sobre un par de tacones y la Vogue bajo el brazo. Al grano, son normaluchas -en el mejor de los casos- o directamente feas de cojones. Letradas inaguantables de este rollo.

Así que conocen la jurisprudencia al dedillo, hacen más horas que un reloj y olvidan que tenían una vida antes del derecho, esas que aprueban judicaturas en dos años, fundan grandes bufetes e invierten la pasta que les sobra en fondos de inversión. Nunca en Manolos, claro. También pueden lucir despacho en Uría Menéndez, pero en todo caso su vida social se limitará a su novio de toda la vida, un calzonazos que no le dé mucho por culo -ya me entienden- no vaya a ser que tenga que volver a Meetic. Meetic, por cierto, está plagado de Plain Janes.

· Picapleitos™.
La picapleitos estudió Derecho para salvar el mundo. Ni más ni menos. Es un poco rojilla y está siempre un poco indignada y pasa, claro, de todo aquello que no signifique luchar por algo. Y eso -claro- se traduce en que pasa de los vestiditos, las normas y la dictadura de lo políticamente correcto. No le gusta Don Draper -tiene un problema, no me jodan- y no entiende que sigas apoyando el “sistema” viendo esa basura de programas o gastándote la pasta en un reloj. Capitalista de mierda.

Es habitual que sean abogadas de oficio y un poco gafapastas. Siguen creyendo en un mundo mejor (las pobres) y aún conducen el Opel Corsa sin tapacubos que les cedió su padre, tan orgulloso él de su princesita amazona. Es fácil verla en La Latina viendo pasar las horas y las cañas en La Cabra en el Tejado.

· Power Lawyer™.
Es guapa pero no imbécil. Inteligente sin ser listilla. Sabe reírse de los chistes de abogados y para más inri, no te toca las pelotas más allá de lo estrictamente necesario. Hace bien su trabajo pero no necesita recitar cada recurso y cada estúpido término jurídico. Su armario es impecable pero no le va la vida en ello. No hay por donde pillarla. ¿Que cómo operar? Ya saben lo que dicen, ten cerca a los amigos pero aún más cerca a los enemigos. Así que, ante un morlaco de tales hechuras, solo queda una opción.

Otro día -claro- hablaremos de ellos: los abogados. Y lo haremos con especial mimo y ternura hacia mi tipología favorita: los opositores. Ese espécimen cuya vida oscila entre un flexo, un par de gemelos y alguna miradita de reojo a la sección de scorts del periódico."


http://blogs.revistagq.com/nadaimporta/2011/09/radiografia-de-tribus-urbanas-las-abogadas/


Yo creo que soy Power Lawyer

Al corazón de un laberinto.


Así me convencía a mí mismo, tomando una de las muchas desviaciones equivocadas que he seguido en un camino aparentemente acertado pero que me ha conducido al corazón de un laberinto...

"He tenido delante de los ojos algo que saltaba a la vista, y todavía no lo veo"

- Me rindo- sentencié con el alma agotada.

Why so green and lonely?

Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo
y apenada por no poder seguir los dos
siendo una viajera sola, largo tiempo estuve de pie;
mirando uno de esos caminos, tan lejos como pude,
hasta donde se perdía la espesura...

Entonces tome el otro, imparcialmente,
y habiendo tenido quizá la elección acertada,
hubiera elegido cualquiera de los dos.

Y aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
dudé si debía haber regresado sobre mis pasos...

Debo estar diciendo esto con un suspiro,
de aquí a la eternidad:
- Dos caminos se bifurcaban en un bosque,
y yo, yo tomé el menos transitado
y eso Hizo toda la DIFERENCIA.

Ella había escogido el camino menos transitado...



Para los que viven tiempos de crisis, para los que temen los recortes, para los que se quejan, para los que no aportan soluciones, para los que queman contenedores, para los que imponen derechos, para los que los niegan. Para los que creen que lo Público es gratuito, para los que creen que el Estado no es necesario.
Para los que ejercen derechos, para los que no hacen nada, para los que sufren, para los que disfrutan, para los que han ejercido su derecho a voto, para los que se han quedado ese domingo en casa, para los que van a la huelga, para los que no tienen trabajo.
Para los que querían cambios, para los que no querían cambios, para los que les sobran los €, para los que no lo tienen.
Para los inversores, para los banqueros, para los políticos, para los profesores de financiero, para los parásitos, para el ladrón, para el economista, para el militante.
Para los centristas, para los nacionalistas, para los fachas, para los antisistema, para los anticapitalistas, para los anarquistas, para los de izquierdas, para los de derechas...
Para los que hacen algo por el país, para los que no hacen otra cosa que quejarse.
Para el empresario, para el trabajador, para el juez, para la carnicera, para ti, para mí, para todos...

¿ QUIÉN SE HA LLEVADO TODO NUESTRO QUESO ?

Emprender la marcha


Puesto que no me había fijado una meta ni tampoco era mi intención detenerme un día, buscar paz, ni celebrar el hallazgo de un paraíso terrenal, todo aquello me decía poco.
Era como aproximarse a un horizonte largamente contemplado.

¡Para qué saber su nombre! Una vez en el camino, olvidamos toda ansia de saber, no conocemos despedida alguna ni remordimiento alguno, no nos preguntamos de dónde venimos ni hacia dónde vamos.
Cada día se hace más imposible dar marcha atrás, tampoco es ya esa la intención. Las ropas se rasgan atestiguando que hemos ido demasiado lejos, que parecemos pordioseros en esta tierra ajena.
¿Estamos ávidos de amparo y acaso tememos vivir vanamente? ¿Queremos quizá enmendar algo, hacer lo que un día no hicimos?
Ninguno de nosotros sabe de qué vive, ¿cómo podríamos pues dejar de hacer algo y arrepentirnos de no haberlo hecho?

El viaje no nos exige decisiones y no somete nuestra conciencia a ninguna elección que nos haga sentir culpables, arrepentidos, humillados u obstinados, hasta que perdemos toda confianza en la Justicia y llegamos a pensar que es nuestro sino vivir un laberinto, una amarga prueba.

Emprender la marcha es la liberación ¡oh, única libertad que nos queda!, y solo requiere un iquebrantable valor, renovado cada día....

No sé si alguien ha llegado alguna vez a conocerme.
Quién me conozca, sabe que yo siempre llevo algún secreto dentro.
Soy como un pequeño secreto toda yo, esperando espectante poder contarle a alguien todos mis secretos.

Estoy leyendo Grandes Esperanzas.
Quién me conozca sabra también, que me encantan los grandes clásicos. Soy una nostálgica. Me encanta tenerlos ahí, a la vista, y leerlos con calma y paciencia. Haciendo de cada personaje mi amigo.
Siempre que alguna "moderna" me pregunta que estoy leyendo, y me habla sobre todos los libros que ha leído, y todo lo que le gusta leer, y lo de que se ha puesto de moda leer, de lo alternativa que es porque lee libros que nadie lee, y yo respondo que estoy leyendo Grandes Esperanzas me dice: ¿ah y ese de quién es.. ? No me suena.
Pues vaya, un clásico de la literatura... Leer libros que nadie lee, ya ves.

Entonces es cuando me siento algo incomprendida por el mundo, y cuando digo que me gusta Jane Austen y la música electrónica, me siento mas incomprendida todavía.

Últimamente pinto muchísimo.
No se lo cuento a nadie, al igual que no le cuento a nadie muchas cosas de mí.

Soy muy feliz así, leyendo mis clásicos y conociéndome a mí misma.

Me grito dentro



Estoy cansada
de pertenecer a las cosas,

las cosas han dejado de pertenecerme
y son esas cosas las que han
acabado haciéndome suya,

me observo
ambicionando lo que no necesito,
por mera imitación
de lo que otros necesitan,

entontes me grito dentro,
me grito dentro de mi cabeza:

¡Todo es más fácil!
No necesitas ni el elogio,
ni que te miren,
ni verte rodeada de certeza,
no necesitan ser de las primeras,
ni conocerte del todo,
ni ser la más amada,
ni dos hileras de zapatos,

no necesitas ser lo que tiene que ser,
ni quieres ser lo que se tiene que ser.
























Hasta que punto, el punto deja de ser punto, para pasar a ser trayectoria y seguir su curso.
No es un punto, ni la distancia entre dos puntos, es la trayectoria.


"-Hola vida... ¿cómo estás?
...silencio
-He estado perdido, no encontraba el camino... No sabía donde estabas, donde buscarte, no sabía si debía buscarte o debía esperarte. He buscado la palabra despacio en cada ojo y en cada cuerpo, y sólo hasta que nos encontramos en la misma cama, pude entender lo que es. Por eso supe que eras tú y no otra. Somos tan despacio, que cuesta entenderlo. Ahora quédate así.
-...
- Sí, así, muy quieta. No te muevas.
-...
- Siente como beso tu cuello despacio, como acaricio con mi cara tu espalda, y como acaricio despacio tu pierna. Siéntelo, muy despacio. Como lo beso, despacio, como le sonrío, despacio, como lo agarro despacio.
Vida, ahora quédatelo dentro, muy dentro. No te olvides del despacio, porque yo he estado perdido, y no hay nada que haya echado más de menos que este despacio, no he encontrado otro despacio. Sólo encuentras un despacio... "

Así

Hundió sus pies en el fango, y de forma lenta pero decidida continuó sus pasos fiel a su sueño. Nada pudo detenerla, ni empujarla. Nunca cesó su empeño de hacer de esto, un camino mejor para los dos. Sorteando árboles caídos, caminos destrozados, mentiras, engaños y gente perdida... No importa ella siguió.
Toda persona que se encontró, la llamaba Loca. No importa, ella recorría kilómetros con tal de poder seguir queriendo. Es lo más puro que tiene, así que nunca va a perderlo, su forma de querer. Por mucho que le digan que debe cambiar, no hay nada que pueda hacerla más feliz.
Con el tiempo, las heridas en los pies y los pasos, ahora camina más cerca que nunca de sus sueños. Sabes que tu corazón quiere, cuando la música te hace vibrar. Te recuerda que estás viva, y el dolor que sientes te recuerda que sigues moviéndote. En una tarde de descanso, de esas en que decides rendirte al alma, habló con el alma del revés:
- Amigo, ojalá pudieses hablar con mi corazón. Pero no puedes.
Mi historia resultó ser que yo no suelo dar tanto como creían, de hecho, he dado muy poco, y todo lo que he dado ha sido en vano. Como tirar al mar un vaso de agua dulce. No me he dado a muchas personas. No me he dado a casi nadie. Pero al menos, me he dado a alguien. Pocas personas pueden decir: "me he dado a..."
Yo me he dado. Y por eso estoy caminando, caminos intransitables para el ser humano. Y por eso me voy con el corazón atrás y el sueño delante. Y por eso nadie logra entrar en mí, porque me he dado y he quedado así. Infranqueable. Inalcanzable para nadie. Ojalá puedas oírme, y sepas que, yo sí me he dado, no inmutable ni quieta ni pasiva, no torpe ni siendo objeto, si no que me he dado de forma honesta, fuerte e inquieta, de forma sincera, pasional y loca. Por eso he quedado así: niña a orillas del río, creyendo en la paz de espíritu y nunca temiendo a los bárbaros.

Todas las puertas se abren.

Pues verás,
cierra bien los puños y apriétalos fuerte,
deja de respirar hasta casi ahogarte y ahora grita fuerte:
Yo tengo la llave, yo ya puedo entrar.
Ya me puedo olvidar, de todo aquello que me ha hecho mal.
Yo tengo la llave, yo ya puedo entrar.


Yo tengo la llave, todas las puertas se abren.
Nunca se debe tomar una decisión, en tiempo de tormenta...
Nunca tomamos el camino adecuado.