Confío tanto en él y en lo que hace, que sé que si mañana el mundo se derrumbase lo único que querría sería encontrarlo entre el caos para ver simplemente lo que hace.
A pesar de la catástrofe, estoy segura me saldría decirle algo bueno.
Probablemente antes de morir, sería capaz de decir algo así como:
"No todo lo que hemos vivido ha sido en vano."
o un "Las cosas buenas permanecen en el tiempo"
No es porque trate de darle brillo al acto de morir, es porque me ha inspirado cosas buenas aquí dentro. Y Confío en su persona, no porque me lo haya demostrado ni porque sea mejor que los demás, sino porque he visto su modo de creer en lo que hace. Esa confianza casi sagrada, que muy pocas personas tenemos.

Hoy por hoy soy más positiva que nunca, suelto felicidad por todos los poros de mi piel,
sería capaz de levantar a un rinoceronte deprimido.

No porque tenga algo que los demás no tienen, probablemente tengo mucho menos,
es porque he aprendido a creer en lo que hacemos.

Es algo muy complicado, y no sé en que extraño momento de mi vida ha sucedido el cambio de "Amanda neutra" a esto que soy ahora.

Creo que es el simple hecho de valorar y de creer.
Valorar sobre todo, ese gesto casi ausente para el ojo humano.
Saber ver lo que otros no saben ver,
o saber valorar lo que otros no valoran.
Ha dejado de importarme el mundo a grandes rasgos,
y trato de cambiar lo poco que puedo muy despacio y con buena letra.

Por eso soy yo hoy la que puede decir, que cree lo bastante como para tener la certeza de que todo va a ir bien.
Todo trabajo tiene su recompensa, todo esfuerzo merece la pena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario