Él, el violinista.

A la lluvia
Al pleno sol.
A primera hora de la mañana
por la madrugada...
Pero siempre, su música, SU SONRISA.

Pobre
Muy pobre.
Pide.
Misma ropa.
Traje gris.
Sombrero negro.
Violín impoluto.

SONRISA,
siempre
SU SONRISA
ENORME.

Me lo encuentro, siempre en momentos clase.

No falla.
SU SONRISA.
Enorme.

No habla español
Pero me dice más
que cualquier otra persona.

-¿Quieres amor; buscas amor?

... me lo pienso
Mi sonrisa.

-Sí, quiero amor.
Mi sonrisa.

Sigue tocando sonriendo...

Y lo vuelvo a pensar.

Él, hoy, con su violín, con su sonrisa
en mitad de una noche cualquiera
ha solucionado más en mi vida,
que yo en los últimos 3 meses.
Ha disipado la niebla de un soplo.
Pregunta clave, respuesta clave.
No ha hecho falta nada mas.

Como sonreíamos.
Él y yo.

Yo

Hola me llamo Yo.
Estoy bien.
Hago todo lo que Yo quiero.
Me gusta ser Yo, ser como Yo soy.
Me preocupo por YO.

No cambio por Nadie, sólo por YO.
Me gusta ver en el espejo a Yo,
preocuparMe por Mi aspecto, Mi pelo, Mi cara, Mis ojos, Mi cuerpo, Mi ropa.
Me gusta verMe bien.
¿Como me veran ahora desde fuera?
tengo que estar BIEN, lo MEJOR, Yo, tienes que ser Yo.
Quiero gustar.

Tengo objetivos: SER LO MEJOR.
HacerMe a Mí mismo. Ser Yo, sólo Yo.
No necesito ayuda de Nadie.
Me hago todos los días esta pregunta: ¿CÓMO ESTOY?
y Yo contexto: ESTOY BIEN, SOY BIEN, SOY YO, EL YO MÁS GRANDE.

Cómo están los demás, no importa:
primero YO
después Yo
más tarde Yo
mañana Yo
para el mes que viene Yo
mi futuro YO

Primero Yo
Primero Yo
Primero Yo
Primero Yo

Yo Yo Yo

Yo y lo Mío.

Yo y todo lo Mío.






Noche leyendo pensamientos.
Este ha sido el resultado.
El pensamiento del mundo Nº1 actual.
Todos Yo.
Siempre me tropiezo con los Yo de los demás.

Curioso.

Siempre el Yo por encima de tu vida.
Llevan el Yo en la bandera.
Ignorantes,
lo mejor siempre aparece cuando sabes ver todo lo demás.
Cuando olvidas el Yo, das paso al resto.

Algo va mal, muy mal.

¿Por qué nos hemos apresurado tanto en derribar los diques que laboriosamente levantaron nuestros predecesores? ¿Tan seguros estamos de que no se avecinan inundaciones?, se pregunta Judt.


Tony Judt.
En "algo va mal"....


No voy a tener hambre hoy.
Voy a la bandeja de entrada y busco entre todas,
la que más se aproxime a este momento.

FOG.


Me siento niña hoy.

Más niña que nunca.
Quiere gritar y dar golpes.
Quiere romper todas las cosas.
Quiere llorar y tirarse en el suelo sin moverse.
Quiere tener una varita mágica
y cambiar todo eso que no le gusta.
Quiere tirarlo, pisarlo, pegar...

Pero abro los ojos
y todo sigue en el mismo sitio.
No ha servido de nada mi rabieta mental.

Los libros siguen amontonados
mirándome con cara rara.

- COBARDE

¿Cobarde? ...

Pues sí.

Sigo sin ser capaz de
soltar palabras sinceras.
Que salgan de ahí
del corazón.

Porque me cuesta tanto
decir.
Siempre hago y no digo.
No digo y hago.
O digo: NO VOY A HACER.
Y lo hago.
O digo: LO VOY A HACER
y no lo hago.


Cobardía o
contradicción...

Soy contradictoria
no hay compensación,
entre lo que digo y lo que hago
pero sí entre lo que siento y lo que hago.
Pero nunca entre lo que siento y lo que digo.
Nunca acabo de decir lo que realmente siento.
Menudo lío. ¿Me sigues?

Y así, se amontonan los libros.
Como las palabras que no digo.
Que sin querer se resbalan por mi cara
cuando ya no pueden amontonarse más ahí dentro.

Digo: voy a irme.
Y no me voy.

Digo: no quiero irme.
Y me voy.

¿Qué pasa Amanda?
Que pasa en ese corazoncito
que tienes lleno de palabras que no salen.

Qué quieres decir que no dices...
Qué quieres hacer que no haces...


No echarle de menos.
No querer leer todos los libros de su mesilla de noche.
No esperar a que entre por la puerta con una sonrisa gigante.
Si no ver su sonrisa gigante al lado de mi camino.
No tener que volver y encontrarme con una habitación húmeda y vacía.
No echarle de menos.
Pedirle cafés todas las mañanas.
Entrar corriendo en casa
y saber que va a estar ahí.

No llorar cuando no me ve.
No esconderme.

Pero como no digo,
me toca hacer.

Y me toca volver a la habitación húmeda y vacía
a hacer lo que se supone que tengo que hacer
y a hacer lo que se supone que todos esperan de mí.

Y una vez te dije,
Aquí tienes mi corazón,
tómalo y haz con él lo que quieras.

Y tu lo cogiste...


Amapolas, las flores rojas
eran amapolas.
Y en cuanto las arrancas,
no duran nada...
Por eso cuando las arrancamos,
no aguantaron ni hasta casa.

Así parecido, es mi corazón.
En cuanto lo coges,
no aguanta ni hasta casa...

Hoy se va a quedar
por algún paraje de castilla...


Pero le quiero,
como cada día nuevo.
Como un viento fresco,
como algo recién comprado,
como el sol de la terraza.

No porque lo haya escogido yo
no porque no haya nada mejor,
no porque no haya encontrado algo más
no porque sea el único.
Es más sencillo que todo eso...

Porque soy feliz cuando está cerca
todo tiene mejor color
lo llevo mejor...
Porque si está bien,
yo estoy tranquila...

el erotismo.

"La violencia nos abruma extrañamente en ambos casos, ya que lo que ocurre es extraño al orden establecido, al cual se opone esta violencia. Hay en la muerte una indecencia, distinta, sin duda alguna, de aquello que la actividad sexual tiene de incongruente. La muerte se asocia a las lágrimas, del mismo modo que en ocasiones el deseo sexual se asocia a la risa; pero la risa no es, en la medida en que parece serlo, lo opuesto a las lágrimas: tanto el objeto de la risa como el de las lágrimas se relacionan siempre con un tipo de violencia que interrumpe el curso regular, el curso habitual de las cosas. Evidentemente el torbellino sexual no nos hace llorar, pero siempre nos turba, en ocasiones nos trastorna y, una de dos: o nos hace reír o nos envuelve en la violencia del abrazo... Es debido a que somos humanos y a que vivimos en la sombría perspectiva de la muerte el que conozcamos la violencia exasperada, la violencia desesperada del erotismo. "

Georges Bataille

2 . 2.

Preséntame tu sexo
Quiero conocerlo

su sonrisa terrestre
mi sonrisa aérea


I AM NOT INTO IT IF YOU ARE INTO IT.

5

Para que tú me oigas
mis palabras
se adelgazan a veces
como las huellas de las gaviotas en las playas.

Collar, cascabel ebrio
para tus manos suaves como las uvas.

Y las miro lejanas mis palabras.
Más que mías son tuyas.
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

Ellas trepan así por las paredes húmedas.
Eres tú la culpable de este juego sangriento.

Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
para que tú las oigas como quiero que me oigas.

El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
Huracanes de sueños aún a veces las tumban.

Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

Voy haciendo de todas un collar infinito
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

recurring

"Lo que nos separa de los demás
no es tal vez lo que sabemos de ellos,
si no aquello que nos callamos."

Y de repente le parece comprender qué es lo que de verdad quiere de ella.
Ella quiere ser amada, pero no ama.
Con qué violencia y falta de lógica quiere que sus deseos sean satisfechos: como si fuera una cuestión de vida o muerte.

Pero Erika ya no comprende cuál es la meta de esos deseos. Tal vez no tienen ninguna. Es un amor que no busca satisfacción.
Y tampoco se trata ya de una cuestión de sensualidado de erotismo. Sólo de ternura- un confortante bienestar.
Pero para amar de verdad es necesario entrar en contacto con el mundo, eliminar la sospecha y el miedo - y Annemarie no es capaz de hacerlo.
Es un amor condenado a verse reducido a desilusión, y a dar incluso origen a un actitud hostil. Antes o después Annemarie, su amada, su niña acabará odiándola - porque odiamos a aquellos que no nos aman.
Y entonces,
entonces,
entonces...
La traicionará.

dudas


Nuestras dudas son traidores que muchas veces nos hacen perder el bien que podríamos ganar si no temiéramos buscarlo.

.

¿Es que se acaba de amar alguna vez? Hay gente que ha muerto y que yo siento que aún ama.

Balzac...

voy.

Y voy voy voy voy

despacio

sigilosa

No me escuchas.
Eres sordo del momento que vives.

Y, voy voy voy voy



Sin ruidos.


Cuando te das cuenta, te he invadido.
ya voy



Voy voy voy voy.
Entro sin llamar
salgo sin avisar

vestirse.

Los hombres están acostumbrados a proveer, prever, hacer planes de futuro, pelear por un espacio en el mundo laboral.
Detenerse es perder el tren, es dar ventaja. Es la supervivencia del más apto, del que menos puntos vulnerables tiene.
Así construyen poco a poco su coraza. A fuerza de aguzar los ojos mirando hacia el futuro, dejan de ver lo que sucede aquí y ahora, a su alrededor. Han perdido la capacidad para ver lo que hay cerca y la coraza no les permite sentir.
No importa, comprueban que así van más rápido, escalan más alto.
No es pura negligencia, les vienen enseñando esto desde pequeños, que es lo buscado y lo premiado.
Las mujeres suelen ser cómplices,disfrutando de la protección que da la poderosa armadura, pero tarde o temprano se dan cuenta de que no pueden llegar hasta él, no soportan sus abrazos ni el calor de su cuerpo.
Ellos están mal preparados para detectar estas señales; a fuerza de no ver, de no sentir, les parece que está todo bien.

Un día, descubren que, para lo que más les importa, la armadura es un artefacto inservible. Quienes les brindaban gestos de complacencia, ahora los miran con sorna o acusatoriamente. Entre esas miradas están ahora las de ellos mismos. La vivencia de la destrucción es inevitable.
El dolor es inmenso.
Cuando el hombre se encuentra en esta situación, el culpable más cercano que tiene es él mismo. Y le sobrarán razones y pruebas para reprocharse a lo largo de una vida el derrumbe de su pareja.
Están tentados a vestir nuevamente la armadura.

Moho.

"Se reproduce por medio de pequeñas esporas.
Estas esporas se transportan continuamente en el aire libre así como en interiores. Cuando las esporas se depositan en una superficie húmeda comienzan a crecer y a alimentarse de la superficie a la cual están adheridas.

No hay una forma específica para eliminar todo el moho y las esporas que los ocasionan. No obstante, la clave en evitar su propagación es eliminar la fuente de humedad en dicha superficie."

Ojos enmohecidos.
Sonrisa en mi cara.

No hay palabras que valgan la pena.

El mago de la ingeniería sónica

Todos los días, mi profesor de Procesal Penal cuelga los apuntes en una pagina web.

No podemos ir a clase sin los apuntes,
así que, todos los días después del café,
voy al mismo sitio de todos los días, a imprimir los apuntes.

El "señor de las fotocopias", como yo le llamo, es muy tranquilo.
No importa que tengas prisa,
él te saluda con un tranquilo:
"BUENAS TARDE SEÑORITA"
Te sonríe.

Tiene la pared llena de fotos de un bebe. Es su nieto.
Como yo acabo de estar media hora tomándome el café con calma,
se me ha hecho tarde. Tengo prisa.
Quiero YA los apuntes.
Él se lo toma con mucha calma, todos los días el mismo ritual.

- Buenas Tardes señorita, ¿para imprimir verdad?
- Si, por favor. (le doy el pendrive)
- Bonita tarde ¿verdad?
- si si... dentro de la carpeta que pone imprimir. (le indico yo)
- Vaya.. Cuantos archivos...
- Es este (señalo la pantalla).
- Muy bien, a doble cara ¿verdad?
- si....

Entonces es cuando se oye el ruido de la impresora.
Se hace el silencio entre los dos.

En ese intervalo, de dos minutos,
siempre pienso en la tranquilidad que me aporta este hombre.
Todos los días del año,
su gran sonrisa.
En esos dos minutos, siempre me pregunto
que es lo que habrá detrás de este hombre
para que cada día, me regale una sonrisa tan enorme
¿satisfacción por su trabajo?
es un señor de las fotocopias, podría ser.
¿una gran familia?
también, tiene un nieto precioso..
Tiene gracia, todos los días que he entrado ahí
me preguntaba...
¿porqué este hombre me transmite tanta felicidad
sin casi dirigirme la palabra?...

Hoy, día 6, el silencio de los dos minutos se rompió.
Me dijo,
- Siempre veo tus archivos, y me han llamado la atención. Tienes mucha música.
Yo me quede un poco en PAUSE.
Así que mientras yo pensaba en su felicidad
el señor de las fotocopias
miraba los archivos de mi pen...
- Pues si, me gusta mucho la música. pero bueno, tienen ya mucho tiempo, este pen ya tiene años...
- Uyuy, sabe usted, seguro que esa música no es mas antigua que yo, hace 20 años que soy músico.

Mi interior, sonrío gigante.


- ¿de verdad? dije yo con muchisima ilusión.
- Sí, de verdad. Llevo 20 años haciendo música...
silencio...
- ¿te preguntarás porqué estoy aquí verdad?

... yo asentí.

- Pues porqué no considero la música un oficio, me gusta tanto, la amo tanto, que le he aportado un lugar mas importante en la vida que el simple trabajo. Si me ganase la vida como músico, seguramente a mis años estaría cansado, y la consideraría un simple medio para conseguir algo, no el FIN.
Por ejemplo, como me gano la vida, es con esta copistería.

... puntos suspensivos de mi parte...

- Por eso llevo tantos años con la música, y no he dejado de amarla, porque ocupa el lugar más importante de mi vida. Y nadie diría que soy músico eh?... (se ríe..)

Señor de las fotocopias.
En día 6 de abril.

No señor de la música, no.
Señor de las Fotocopias.

Aquellos ojos verdes

Quiero volar,
como los pingüinos.
Quiero bañarme,
en una pequeña bañera.
Quiero correr,
como cuando camino.
Quiero reir,
como cuando sueño.
Quiero oir tu voz,
como cuando duermo.
Quiero saltar,
como cuando me duermo en el suelo.
Quiero madrugar,
como cuando leo hasta tarde.
Quiero luz de la mañana,
como cuando dejo la persiana abierta.
Quiero que te acuestes,
como cuando trabajas hasta tarde.
Quiero cantar,
como cuando plancho.
Quiero gritar,
como cuando gritamos.
Quiero subrayar libros,
como cuando los lees tu.
Quiero lavarme los dientes,
como cuando estas al lado en el espejo.


"Las hadas son tan pequeñas que no pueden guardar en su interior dos sentimientos a la vez."

Puede que no sea uno,
y sean muchos pequeños.
A mi me caben todos.
Igual no soy un hada,
o soy un hada grande,
o tal vez especial.
De todos modos, no me caben dos.

Me caben todos los pequeños.

Maquina de escribir.



Creo que aun quedan personas en el mundo capaz de sorprenderme, y como no, en un día 3. Hoy ha sido con esta canción.
En una cafetería que se llama "Estudio 34". Siempre el 3.
Me la enseñó un compañero, para que fuese capaz de escribir con más rapidez mientras él me dictaba.
Me hizo tanta gracia, que nos pusimos a intentarlo, y puede ser, que haya sido de acabar el trabajo antes gracias a esta canción.


El tema se llama "Maquina de escribir", compuesto por Leroy Anderson y por si pica la curiosidad, aparece en la B.S.O. de 101 Dálmatas.

Como no, cuando tenga mi propia maquina de escribir, escribiré así de veloz.

La aprendiza de la vida

"¿ Por qué dejar de lado
la peor angustia de la juventud?

Ser jóvenes implica vivir en la tensión de la ansiedad,
mantenerse a la espera, en una sala llena, de esa voz, que
lejana y sumisa
defina nuestro mañana.
Las dudas que conocemos son por no saber.
La noche cuando llegue ha de traernos una orden temible..
[...]

Se va haciendo tarde,
¿es que no van a llamarnos? ¿ O acaso es, simplemente,
que no nos necesitan?"

La edad de la ansiedad.

Mis noches de terraza, calor, árbol.

En definitiva, mi edad de la ansiedad
se deshace aquí escuchando,
los ruidos de una noche cualquiera
en la que no consigo dormir.
He salido a la terraza
haber si encontraba aquella luna enorme.
No encuentro mas que nubes
y alguna que otra estrella queriendo hacerse un hueco.

Me gusta, mi edad de la ansiedad.
Me gusta, vivir en la edad de la ansiedad.
Todo lo quiero, todo lo sufro
siento ansiedad por vivir,
por querer, por soñar, por leer,
por escuchar, por descubrir,
por aprender, por construir.

Me gusta, esta soledad.
Me está gustando tanto
que puede que en la vida
vuelva a compartir mis libros.
Quiero los libros que son míos.
Los quiero solo para mí.
Mis libros subrayados.
A los que has abandonado
en tu rincón.
En tu trastero
con todo lo demás.
Todo para lo que no tienes tiempo.
Todo, estamos aquí. Esperando a tu tiempo.
Te cansas y nunca terminas,
por eso nunca acabas de saborearnos del todo.
Te pierdes lo mejor de cada uno.
Decides esperar a tener tiempo
y aparcas...
Siempre el tiempo.
Tiempo que no tienes para vivir.
Cuando tengas tiempo, decidirás volver al rincón de tu mesita.
Tendrás que volverlos a empezar.
No serán ya.
No será pasión, ni emoción.
El tiempo para leerlos y emocionarte habrá pasado.
No entenderás Océano Mar
ni Tierras de Cristal.
No sabes el final de Elisewin
ni a dónde se fue Jun.
Porqué su tiempo ya paso.
Era ese momento, el momento en que
alguien decidió compartirlo contigo.
Era ese momento, y no otro.



Para mí, el tiempo es sagrado.
Es mi tiempo.
Estoy en la edad de la ansiedad.
Y quiero mi tiempo.
Yo sí tengo tiempo para leer
libros subrayados.








El verdadero valor de las cosas.

Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

-Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- y haciendo una pausa agregó: Si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

-E…encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas.

-Bien-asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete ya y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió.

Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo.

Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro, y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, monto su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación.

-Maestro -dijo- lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo.

-Que importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él, para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que te ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar.

El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender ya, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-¡¿¿58 monedas??!-exclamó el joven.

-Sí -replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé… si la venta es urgente…

El Joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido.

-Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño de su mano izquierda.

El problema de los erizos

¿Y sabes cual es el problema de los erizos?

Han pasado su vida creyendo que tan solo podrían relacionarse con erizos.
Por ser erizos, nunca podían abrazarse.
"Nunca sentiré el calor de lo cercano"
se decían a sí mismos...
Así que buscaban desesperadamente
algo a lo que agarrarse.

Regalando abrazos y besos gratuitos,
a animales que
no los recibían gratuitamente,
siempre esperando algo más,
y el erizo sin quererlo le clavaba sus pequeñas púas...
Cuánto mas quería, más profundas las clavaba.

Pero en la vida de todo erizo, existe un cambio.
Deben aprender a cambiar.
Saber abrazar sin dañar.

Un erizo afortunado, que vivía en el polo norte
se topo un día con una eriza desafortunada.

Eriza que, de tanto dar abrazos, se había quedado sin púas.
Había abrazado tan tan fuerte a las personas que quería
que se había convertido en la eriza calva.

Allí se encontró al erizo del frío
rodeado de pingüinos.
Podría haber abrazado a cualquier pingüino,
a una foca, un oso polar..
Pero no.

El erizo necesitaba un abrazo de verdad
ella sabía lo que era, que nadie tuviese el valor de darte un abrazo de verdad.
Le abrazó tan tan tan fuerte,
que se quedaba sin aliento.
Él sentía su calor, una persona valiente le abraza fuerte tan fuerte,
sin importarle el daño de sus púas.
Claro como iban a importarle,
ella era una eriza calva.

Pero el erizo, se separó del abrazo.
No sabe la eriza porqué
ni nunca lo sabrá.

De abrazarle tan fuerte,
ella se ha convertido en una eriza llena de púas
y él, él se ha convertido en un erizo calvo.

Puede abrazar a pingüinos, focas, osos polares, cangrejos y centollos.
Y ella, ella está destinada a esperar,
que alguien valiente consiga abrazarle tan fuerte
para volver a ser, una eriza calva.

No creas que estaba enfadada,
se sentía orgullosa de si misma
por ser una eriza valiente
la más valiente de todas
por querer tanto a un erizo con púas afiladas
por haberse llevado con ella sus púas
y haberse sentido útil en su abrazo.

Dicha eriza vive ahora al sur, el solcito del verano le ha sentado genial.
Tiene cientos de púas clavadas
y las muestra con orgullo en la playa.
Es una eriza natural.

"¿las ves, son mis heridas de guerra?,
además de ser heridas son armas.
Allí donde vaya van conmigo.
Estoy dispuesta a clavarlas a cualquier Gambón que se aproxime.
Estoy esperando a que el erizo abrace a alguien fuerte,
sea yo, sea otro animal.
Se llene de púas, y vuelva aquí
y podamos aprender juntos a abrazar sin hacer daño"