Que c'est fini

Hija, ¿Porqué bailas tú sola en pista desierta de esta noche fallida?
¿Qué tiempo es el que rige tu corazón, enfermo de lentitud y presunción, para que siempre llegue la misma hora inútil?

No seguirán esperando mi esplendor, y tu orgullo morirá de privaciones.
Que sea clemente el castigo para tanto derroche.
Y prudente el ángel que vuela sobre nuestras soledades.
Caminar juntos es un destino del que no es necesario dudar en ningún momento,
ya que está escrito en la tierra.

Era como si remotas razones del corazón se hubieran liberado para ellos bajo el abrigo del sufrimiento, descubriéndolos capaces de sentimientos maravillosos.
Sin decírselo, se querían, y ésa les parecía, la mejor parte de sí mismos: la guerra, la había liberado por completo.
Era prisionera de tiempos sin poesía, podríamos decir que la falta de fantasía fué lo que los destruyó- no se había imaginado nada mejor para acelerar el latido de los corazones.
Era todo lo que había.

Allí donde no hay ni hijos ni madres, Tu eres el Tiempo, sin antes ni después.
Luchar- eso no parecía ser más que una consecuencia.

Pero la paz, eso sí era algo complicado...
Yo misma la he cruzado con paso incierto, sin comprender nunca, de verdad, su significado.
El vértigo de una soledad como áquella quizá lo comprendí cuando tuve la pretensión de saber, de boca de quienes estaban allí, con qué truco habían logrado sobrevivir a ella. A la paz.
Tenían su vida prendida a una mirada.

Gracias por esta vida que aferro,
gracias por estos ojos que ven
gracias por estas manos que tocan,
gracias por esta mente que comprende.
Gracias por los días y pos los años.
Gracias porque éramos nosotros.
Gracias mil veces.
Para siempre.


Voy a olvidar, junto con todo lo demás.
Es en la particular geometría de las almas y de las mentes dónde me convendría buscar, es por lo que ahora me encuentro aquí.
Ahora en cambio, voy a olvidar.
Esperaba un grito de guerra, pero no apareció nada, tan sólo la prolongación inverosímil de aquel silencio, mas allá de toda espera soportable, hasta anegarse en un tiempo vacío que no significaba nada, excepto la imprevista suspensión de la lógica que conocíamos, y la inminencia de alguna prueba no asimilable por nuestra experiencia.
Era tal el silencio y el aislamiento que se llegó a pensar en algo sobrenatural...

Es la geometría de las mentes y de las almas lo que nos tiene que ser comprendido en este momento.
Pero me mato mi ridícula esperanza de que se pudiera detener todo durante el tiempo necesario para comprender: "la suspensión de toda geometría legible".

-Hacerse invisible, porque estaba en todas partes y en ninguna.
-Es necesario poner el mundo en orden cuando alguien lo ha puesto en desorden.
-Hasta qué punto el cansancio y la soledad pueden llegar a extraviar las mentes...


Escribir, he escrito mucho, pero escribir es una forma sotisficada de silencio.
Más elegante que cualquier silencio.
Tengo debilidades elegantes, y cicatrices charmantes.
Ya no tengo ilusiones sobre la nobleza de las personas,
y por eso sé valorar su inestimable arte de convivir con sus propias imperfecciones.
¿Qué estación del corazón es esta?...

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