Así

Hundió sus pies en el fango, y de forma lenta pero decidida continuó sus pasos fiel a su sueño. Nada pudo detenerla, ni empujarla. Nunca cesó su empeño de hacer de esto, un camino mejor para los dos. Sorteando árboles caídos, caminos destrozados, mentiras, engaños y gente perdida... No importa ella siguió.
Toda persona que se encontró, la llamaba Loca. No importa, ella recorría kilómetros con tal de poder seguir queriendo. Es lo más puro que tiene, así que nunca va a perderlo, su forma de querer. Por mucho que le digan que debe cambiar, no hay nada que pueda hacerla más feliz.
Con el tiempo, las heridas en los pies y los pasos, ahora camina más cerca que nunca de sus sueños. Sabes que tu corazón quiere, cuando la música te hace vibrar. Te recuerda que estás viva, y el dolor que sientes te recuerda que sigues moviéndote. En una tarde de descanso, de esas en que decides rendirte al alma, habló con el alma del revés:
- Amigo, ojalá pudieses hablar con mi corazón. Pero no puedes.
Mi historia resultó ser que yo no suelo dar tanto como creían, de hecho, he dado muy poco, y todo lo que he dado ha sido en vano. Como tirar al mar un vaso de agua dulce. No me he dado a muchas personas. No me he dado a casi nadie. Pero al menos, me he dado a alguien. Pocas personas pueden decir: "me he dado a..."
Yo me he dado. Y por eso estoy caminando, caminos intransitables para el ser humano. Y por eso me voy con el corazón atrás y el sueño delante. Y por eso nadie logra entrar en mí, porque me he dado y he quedado así. Infranqueable. Inalcanzable para nadie. Ojalá puedas oírme, y sepas que, yo sí me he dado, no inmutable ni quieta ni pasiva, no torpe ni siendo objeto, si no que me he dado de forma honesta, fuerte e inquieta, de forma sincera, pasional y loca. Por eso he quedado así: niña a orillas del río, creyendo en la paz de espíritu y nunca temiendo a los bárbaros.

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