Coffee

"El otro día busque en todo los rincones y en todas las esquinas de una ciudad esa señal. La señal en que dices este y no otro, para convertir a una persona en una simple trayectoria. 
Últimamente me drogo. No sé muy lo que es, me dejo llevar y acabo levitando. Dejo que la música entre en mí, y me dedico a mantener cualquier conversación, esperando a que el tío elegido se canse de hablar y por fin decida meterme la lengua de una vez. Entonces es cuando soy mas Yo, cuando traspasa esa barrera del decoro. Ya has pasado la línea de la intimidad y cuantas menos palabras intercambies mejor. Ya te da igual. Solo quieres lo que venias a buscar. No es que vaya a por tíos fáciles, cada vez pongo el listón más alto. Me cuesta más elegirlos y suelo empezinarme en el más morboso del garito. Hasta que cae. Tarde o temprano caen. Serán las drogas, no lo sé.
El otro día busque en todos los rincones. No me drogué y no fui capaz. No estaba inspirada. Nada era suficiente. Entonces me metí en ese baño. Y me toqué. Así despacio. Metí la mano por debajo de mis medias, y me toqué agarrada contra la puerta y la pared. Cerré los ojos. Demasiado ruido.
Después de que todas mis babas se quedasen en las copas de cualquier bareto mugriento. Eran casi las nueve de la mañana. Llevaba un ciego horrible. Mi ex me había invitado a una especie de performance que hacían en un after. No sé porque fui, pero esos impulsos que me dan de noche me llevaron hasta ahí, y acabe tomando no se que cosas, y diciendo no se que bobadas. Todo estaba lleno de tíos cachondos, ávidos de sexo. Y de pronto sentí la necesidad horrible de irme a casa. Sola.
Abrí la puerta de la habitación, me tiré en la cama. Me saqué/rompí las medias. Estaba eufórica. Me hubiese tirado a todo lo que estuviese en ese momento en esa cama. Me desnudé. Me masturbé como una bestia. Como si estuviese él delante, algo así. No sé. Cuánto más me acordaba de sus gemidos y ese baño más crecían mis ganas. Lo proyecté en mi mente como si hubiese sido ayer. Ese baño. Cómo gemías en mi oído. Lo que decías bajito. Cómo entrabas.
Entonces tuve un orgasmo horrible. No se si debido a la euforia, al ciego, o a todas mis ganas acumuladas en el clítoris. Tuve que taparme la boca a mi misma para no gritar. Me tiré del pelo y me hice daño. Entonces todo se calmo, mi mundo en paz. Me acorde del after, del ruido, de las caras. De la copa, de los tíos. Recordé a uno que no dejaba de mirarme, me dijo que le daba morbo y yo le miraba entre risa y alcohol. Soltó: "si me dejas te desnudo aquí".
En ese momento, me fui a casa. Me quede dormida pensando en su cara. Estaba bueno. Pensando en qué extraño momento preferí haberme masturbado pensando en ese baño, que haberme quedado desnuda en cualquier esquina. Fué algo superior a mí. Me pudo el dichoso baño.
Cuando me desperté esa mañana no me acordaba muy bien de la noche, aunque sí me acordaba del orgasmo. Llegé a pensar que me había acostado con alguien y no me acordaba. Entonces vi mis medias ahí tiradas, algo rotas... Pensé: estas enferma. Y lloré."

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