En un espacio considerado el de uno mismo, suceden muchas cosas:
El olor del óleo puede llegar a mezclarse con el de todo demás con una facilidad horrible.
De una estación a otra, las cosas suceden sin más, e igual que el olor, todo llegar a confundirse hasta que no existe.
Desaparecer  del pasado es una de esas cosas que todos sabemos que debemos hacer. Igual que confundimos el olor. Hacer que entre un paso y el otro, el de crecer, todo lo de ayer desaparezca.
Soy experta en cuestiones del ayer. Hasta un punto en que siempre intento que todo suceda con una armonía casi enfermiza, y mi corazón no tenga pasar por ese estado de "cuarentena" absurda.
De un modo u otro, igual que confundo el olor de mi propio espacio, siempre acabo por conseguir la independencia de mi pasado. Cuando hablo de independencia, me refiero al no sentir nada.
Consigo que el olor del ayer, pase inadvertido entre el de hoy. Puedo encontrarme con mi pasado de golpe en cualquier rincón de cualquier lugar, que nadie notará en mi ni un atisbo de sentimiento. Consigo que pase ante mis ojos como un fantasma invisible inoloro.

Mi espacio huele distinto. He comprado velas verdes, con un olor  como a Árbol, a Galicia, a Monte, a Fresco. Es verde. 
Me he comprado una colonia nueva, me gusta cambiar de olor cuando cambia el estado del alma. Es como romper, deshacer. El frasco es verde, y juro que no lo he pensado. Simplemente la elegí. 



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