Hoy me he pasado la mañana paseando sola por Gran Vía...
Entré en La casa del Libro, lo ví y lo compré.

Ya tengo, mi Océano Mar.
Ahora estoy en una terraza de Fuencarral, con mi portaminas de Berlín, subrayando sin poder parar. El sol me da en los pies.
Compré dos libros más, pero sé que hoy no voy a parar hasta que me lea Océano Mar.
Sé que voy a llorar.
Las personas no dejan de hablar, y yo cada vez me vuelvo más observadora. No merece la pena perder el tiempo, hablando sin sentido.
Cada vez más, me cansan las personas que hablan...

"Puesto que siempre es así, basta con el atisbo de un hombre para herir el reposo de lo que estaba a punto de convertirse en verdad y, por el contrario, vuelve inmediatamente a ser espera y pregunta, por el simple e infinito poder de ese hombre que es tragaluz y claraboya..."

Estoy enamorada de todo lo que me rodea.

2 comentarios: