Dentro


Cada día esta ciudad me sorprende más.
Dudo ser capaz de lograr transmitir como me siento. Esta ciudad está matandome poco a poco, cada día muero más. Me he dejado llevar por cualquier clase de suceso, y ahora todo está empezando a tener forma.

Hoy me han llevado a Mauerpark. Una de las locuras de Berlín.
Se trata de un mercadillo de cosas de segunda mano, en él puedes encontrar desde una bicicleta por 35 euros hasta todo lo que tu imaginación pueda alcanzar.
Todas esas personas que se ven en la foto, no eran si no una parte de la cantidad de gente que allí había. Esto sucede todos los domingos en Berlín, se reúnen alrededor de un "karaoke" improvisado, en el que sale a cantar delante de todas esas personas quién tenga el suficiente valor. Tras dos cervezas estoy segura que lo haría. Aunque he de decir que me estoy acostumbrando, aquí el tamaño normal de una cerveza es de 0,5 L; vayas donde vayas a comer, siempre te dan la de 0,5 así que no es difícil que al día acabe tomándome unos 2 litros de cerveza. Sale mucho más económico beber cerveza que agua sin gas.
Por lo demás, muchas sonrisas y pasamos un buen rato. Además en cualquier esquina del parque te encuentras un concierto.
Lo que se ve en la foto es un robot, de fabricación casera como no, que se movía y escupía agua por la boca. Su original inventor, era un trotamundos sin hogar, que lo hizo con material que encontrarba abandonados.
Después tocó mi primera visita a la Yaam, sitio que no te puedes perder. Queda justo detrás de la East Side Gallery, y es llevado por una especie de comunidad jamaicana. Puedes tomarte un currywust y sentarte a orillas del río a tomar el sol mientras mojas los pies en el río.

Ayer intentamos entrar de nuevo en la famosa Berghain, pero era imposible. Así que acabamos en una especie de discoteca okupa (como todas aquí) de lo más underground y muy "de ambiente". Quisiera acordarme del nombre, pero no tengo ni idea. Quedaba debajo del metro, y cada vez que un tren pasaba temblaba todo el garito.

Hoy es fiesta en Berlín y mañana es festivo, asi que la ciudad está preciosa, gente por todas partes. Yo no paro ni un solo segundo, es un ritmo muy frenético y al mismo tiempo tranquilo. En cualquier zona verde puedes tirarte a descansar.
Por el momento hoy me despido en FriederichstraBe, mientras oigo una trompeta sonar, mientras el viento me da en la cara, mientras las personas vienen y van sin parar, mientras el sol se despide, y todas las luces de la ciudad se han encendido.




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