¡Mánchate!

A veces solo queda una opción. Cuando llevas 5 veces intentando resolver la misma fórmula y los números no cuadran, siempre te da la misma solución, hagas lo que hagas. Algo similar a cuando el viento se ha llevado todo, todo lo demás y solo queda "algo".
¡¡¡Sí, ese "algo", es ESO!!!

Ese Algo cobra diferentes formas.
Por regla general suele venir solo.
Por un caso u otro vuelve a ti, acaba apareciendo entre la tormenta.

Te das cuenta cuando estas en el desierto, cuando ya no aciertas a ver nada por culpa de la tormenta. Caminas sin rumbo fijo y sin saber a hacia dónde vas.
Cuando la arena te entra en los ojos y tienes que fruncir el ceño para tratar de ver "Algo claro".
Todo esta confuso, todo patas arriba, nada tiene su lugar.

Entonces ves el "algo". Se presenta ante mí de forma nítida.
Clara. El desierto se ha tranquilizado y puedo verlo todo.
Es como una visión que se vuelve presente ante mis ojos.
No me ha dicho "Hola te he estado esperando", porque probablemente no me estaba esperando.
Tampoco yo he dicho: "Hola te estaba buscando", porque en realidad no estaba buscando nada.
Tampoco he pensado nada en particular.
Por regla general, la visión suele desaparecer ante mis ojos de la misma forma que ha aparecido.
Todo se calma y pronto vuelve la tormenta en que mis ojos no consiguen ver nada y sigo caminando, pensando... A veces pienso que ando en una especie de líneas sin forma, algo parecido a una circunferencia, como un tirabuzón, que nunca se llega a cerrar, y el "algo" camina en forma de rosca alrededor de mis pasos también en medio de la misma tormenta, por lo tanto siempre en algún momento de la trayectoria acabamos cruzándonos.
En mi mente se formulan cientos de preguntas y entramados filosóficos sobre esta teoría. Pero creo que ningún ser humano es capaz de entender este entramado, cuanto menos explicarlo.
Es como una canción. Puedes descomponerla en notas, estudiarla, darle vueltas. Pero, ¿cómo ha llegado todo hasta ese punto? ¿Cómo han conseguido todas esas notas conformar esta melodía perfecta?... Al arbitrio de un artista, de un amante, de un herido, de un feliz, de un compositor, de un borracho o puede que quizás de un niño. Juntas todo y sale "la canción".
En este caso algo parecido. No sé porque estoy aquí andando entre la tormenta con los ojos fruncidos, con libros debajo del brazo esperando a darle con ellos a alguien en la cabeza.
Si se me ve desde otra perspectiva, podría parecer un cuadro, una canción o quizás una escultura.
¿Simpática? ¿Tierna? ¿Triste? ¿Estúpida?. Depende de la visión del espectador. Aquí se admiten críticas. El caso es que soy yo, la pura y auténtica Amanda.

Cambiando de tema, y así de repente.
Por las mañanas entra toda la luz por las ventanas, y sonrío muchísimo.
Tengo las sabanas blancas.
Cada vez que entro en casa veo ese blanco, tan puro y tan perfecto.
Me tiro sobre él y quiero fundirme. Lo hago tan despacio, todo lo despacio que se pueda.
Pienso en manchar todo ese blanco. Dar vueltas desnuda una y otra vez y conseguir mancharlo.
Me encanta entrar en casa y ver mi cama blanca. Es como una Virgen, esperando a que me tire sobre ella y decida mancharla por todas partes.

Poco a poco la soledad y yo nos hemos hecho amigas. Hemos cuadrado como un puzzle, somos perfectas. Ocupamos nuestro tiempo en cosas, como dar vueltas con los muebles por todo el piso. Observar el blanco inmaculado de mi cama. Escribir en los cristales. Darnos baños de tres horas. Escuchar como se ríen los vecinos. Tirar todos los cojines en el suelo y leer encima de ellos cuan ángel en su nube, escuchando a Björk una y otra vez.

Es el desierto. Es mi desierto y es perfecto de este modo.
Se me vea desde dónde se me vea y se tenga la opinión que se tenga al respecto.




En cuanto a la foto. Ahí estan mi corazón y mi alma ahora mismo, mientras escribo esto. Harpa Reykjavík Concert Hall. El concierto ha empezado hace 12 minutos exactamente, hora islandesa, a las 20:00.
Ella ha salido a ese escenario. Yo he encendido velas, he puesto el disco, y voy a cenar sentada en el suelo viendo por la ventana y teletransportándome. Sin quitar el disco, me metere en mis sabanas blancas y lo haré tan despacio como las trece canciones.
Hoy es nuestra noche. La mía, la de ella y la de nuestro desierto.
Voy a dormir desnuda esperando a que vuelva a sonar.

1 comentario:

  1. Eso que dices es rebelador, ¿desiertos...? No estoy nada de acuerdo con tu camino en formas extrañas. ¿No sería mejor sentarse a esperar que pase la tormenta? ¿o directamente huir de ese desierto? Me hace gracia que reflexiones sobre ello sin acordarte que eres tu la que decide, volvemos otra vez a "el murmullo del mundo" "aquello que dicen las personas". Eres pura, y auténtica eso esta claro, pero demasiado imperfecta.

    ResponderEliminar