El viejo y el mar...

Hay corazones que viven, otros que sueñan y otros que se compadecen.

El mío es de los que se empeñan en vivir.
Hoy me dormí en el Tiergarten, pensando en espera y pregunta, en espacios vacíos.
El olor del mar, quisiera tener ahora aquí un trozo de mar, y poder quitarme esta sensación. Bañarme dando pequeños pasos para no sentir el frío.

Berlín estaba repleto, personas por todas partes. Hoy era la Maratón. Y yo.
Me he ido a ver la meta, y miles de personas cruzaban la puerta entre sudores y lágrimas. Esa sensación de conseguir llegar por fin, de encontrar tu meta. Caras de alegría.
Cansancio, 40km.
Pero, nada vale más la pena que lo difícil, y solo después de muchos sudores la sensación es mucho mejor.
He sacado miles de fotos.

Es más díficil de lo que pensaba estar aquí. Buscas algo y no sabes el qué, y te vienes al otro lado de europa a buscarlo, y no sabes muy bien lo qué pero tu vienes. Te vienes sin saber muy bien a qué. Cuando me preguntaba porqué me iba no sabía explicar el porqué. Me daban ganas de decir: porque me duele vivir aquí. Y cuando me preguntaban, ¿y cuando vuelves? Quisiera decirles, ojalá no tenga que volver jamás. Ojalá un golpe de suerte me de en la espalda y pueda quedarme aquí para siempre. Pero decía: no lo sé todavía.
Nadie nunca había conseguido entenderme, y es obvio que nunca nadie va a entenderme.
Y vienes y te encuentras con que todo está cambiado. Tu casa tu madre tus amigos. Tú misma. Pero sabes que vienes buscando algo y que te has ido escapando de algo. No entiendes porqué.
Pero Kavafis me contó una vez, que no importa dónde vayas, todo va contigo.
Podría haberme ido a Laponia, haber escalado el Everest. La sensación sería la misma.
Más que nunca estoy aprendiendo que todo está dentro. Se lleva dentro y viaja contigo.
Pasea conmigo, me cuenta historias, me hace el amor entre los árboles y me espera en la cama con calor. No importa el escenario. Al fin y al cabo lo que importan son las personas con las que decides rodearte cada día.
No quiero irme sin encontrar eso que he venido a buscar. Sería algo horrible. Cada día lo voy encontrando, poco a poco. La búsqueda de la verdad lo llaman algunos. Yo me limitaría a decir, la búsqueda de mí misma. De la persona que creo que soy y que voy a ser. Es mi particular Maratón.
Está siendo muy difícil esta etapa de mi vida. Lloro todos los días sin motivo. Pero al mismo tiempo soy feliz y sonrío sola por las calles.



1 comentario:

  1. La verdad que es precioso todo esto que has escrito. Creo que alguna vez llega un momento en que todos pasamos por estas circunstancias. Yo una vez fui a Lisboa por el mismo motivo.Creo que volví renovada, pero de vez en cuando tengo que volver a mirar las fotos para envolverme de melancolía y sensación de bienestar...

    ResponderEliminar